Aluvión pseudo republicano y su versión doblada al catamarqueño

No tardó mucho en llegar a Catamarca los coletazos del “banderazo republicano” que se expresó a nivel nacional y rompió con el aislamiento no sólo físico de los manifestantes, sino del sector más duro de JxC, expresado en el el tridente Macri–Bullrich–Pichetto.
Dos semanas después del anuncio del presidente Alberto Fernández en Olivos, la intervención de Vicentin naufraga en un juzgado de Santa Fe y permitió revivir a los que se fueron del gobierno, hace apenas seis meses, con todas las promesas incumplidas, con su crédito político en bancarrota y envueltos en un maremagnum de denuncias de fuga de capitales, control de la justicia mediante operadores y espionaje ilegal.
Así comenzó la semana, con la reacción neoconservadora reinstalada y envalentonada en un frente que va más allá del ala dura de JuntosxelCambio y que abarca a un amplio abanico que contiene expresiones aún más a la derecha, como los autodenominados “libertarios”, los ultra conservadores de Gomez Centurión o los filonazis de Biodini.
Como era de esperar, las consignan trascendieron la intervención de Vicentín y fueron claras, aunque disparatas y anacrónicas: la “protección de la propiedad privada”, la prédica vacía del antichavismo y el anticomunismo y un clásico: la defensa de la democracia y la república de un supuesto ataque del peronismo autoritario y populista.
Cómo dijimos, los coletazos del aluvión conservador nacional no tardaron en llegar a Catamarca, aunque se manifestó bajó otro ropaje. Tras las declaraciones del gobernador Raúl Jalil, en Radio Valle Viejo, en las que no descartó la posibilidad de que Catamarca asista a enfermos de CV-19 de provincias vecinas e incluso de Chile, se montó un operativo que buscó esmerilar su imagen. Así las reacciones de ciertos sectores –también variopintos– no se hicieron esperar y su ariete discursivo estuvo montado en el chaovinismo y la xenofobia provincialista.
“Autoridades de la provincia de Catamarca: Queremos que sepan que el pueblo no está dispuesto a recibir enfermos de COVID-19 de otras ciudades. Queremos que las fronteras permanezcan cerradas, dejando circular sólo al transporte de insumos esenciales. Queremos que se cumplan los protocolos en los puestos de las fronteras y que haya mayor control en las rutas”, rezaba un panfleto que circulaba por Facebook y WSP a través de trolls, como la cuenta Catamarca por el Cero.
Como siempre, estas activaciones suelen jactarse de ser espontáneas y autoconvocadas, pero detrás de ellas siempre hay actores políticos, y en este caso se sabe que esos sectores estuvieron activados por algunos gremios y la oposicion.
El chaovinismo, el patriotismo y la xenofobia suelen ser apelaciones siempre efectivas para manipular, más en tiempos difíciles marcado por los temores y las incertidumbre a raíz de la pandemia que ahora sí, azota con fuerza al país, sobre todo en sus zonas más densamente pobladas. No obstante, ese sentimiento se disipa cuando se les recuerda que muchísimos catamarqueños son asistidos en hospitales de otras provincias y no por ello hay reacciones masivas, pidiendo su expulsión de los centros de salud.
Al igual que lo que sucede a nivel nacional, la reacción conservadora está de vuelta arropada en las vetustas banderas del antiperonismo, la no intervención estatal, el chaovinismo y la xenofobia.
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