LA MINERÍA BAJO LA LUPA
Duros, confusos, llenos de angustia e incertidumbre… Así se describen los últimos días en Catamarca por la caída del último bastión de aquel viejo mundo que conocimos previo al Covid-19. La irrupción del virus llevó a que el Gobierno active los protocolos para contener la situación, evitar (en lo posible) el pánico en la población y tomar la medidas pertinentes para sofocar un descontrolado y exponencial brote de la pandemia.
Así, se impusieron rígidas restricciones en la circulación de personas y las actividades económicas. La minería –habilitada como actividad esencial a pocos días de declararse el aislamiento social, preventivo y obligatorio, allá por el 20 marzo– no escapó esta vez a la parálisis que obliga el maldito virus. Así, tras el regreso a Fase 1, el Ministerio de Minería congeló por 10 días el movimiento del personal minero.
De esta manera, los principales medios periodísticos de Catamarca recordaron que uno de los primeros casos sospechosos (y que generó el aislamiento de 40 personas) fue a raíz de un contacto estrecho entre un comerciante de Belén y un transportista portador de coronavirus, que viajaba de La Rioja al Salar del Hombre Muerto. A partir de ese episodio, sectores hostiles a la minería salieron y denunciar la supuesta permisividad en los controles, a través de comunicados, posteos en cuentas de reconocidos opositores a la actividad e incluso memes.
La pandemia y el parate minero tampoco pudieron opacar la renuncia de la ingeniera Inés Ulla al cargo de secretaria de Desarrollo Minero, para integrarse el staff de una reconocida empresa litífera. Es más, para El Ancasti se trató un nuevo caso de “Brincos sobre el mostrador”, denominación que utilizó para describir el pase de encumbrados funcionarios de sector público al privado y viceversa.
El influyente matutino no dudó en considerar a esta práctica como “sugestiva” y puso su lupa en supuestos conflictos de intereses. Así consideró que el reclutamiento de ex funcionarios “pueden lubricar gestiones en el Estado”, al tiempo que se preguntó “¿qué confianza pueden generar unas mineras dedicadas a tomar ex funcionarios y celebrar contratos con quienes supuestamente tienen que priorizar el bienestar social?” Así, agregó que “estas conductas empresariales no hacen más que sedimentar la sensación de que la minería solo beneficia a los grandes holdings y a un puñado de personajes vinculados”.
Desde EM nos preguntamos si la nota que lleva el inequívoco sello de Diego Varela no esconde algún encono con la ingeniera Ulla, con el ministro Micone o con algún otro actor del sector minero público o privado. O si –yendo más allá– se inscribe dentro de una conocidas práctica de este multimedio, que consiste en aplicar su tenaza mediática para presionar una renegociación más jugosa de la pauta.
La intempestiva irrupción del Covid en Catamarca y en Andalgalá, en particular, también permitió la reaparición de personajes marginales de la sociedad y la política de La Perla de Oeste. Uno de ellos es Walter “Camarún” Diamante.
Otra vez, el chico malo del peronismo y ¿defensor? de la minería andalgalense irrumpió, a través de la redes sociales, para regodearse con la confirmación de casos de coronavirus, amparado bajo el paraguas contrafáctico del “Yotiidicho”. Expresión que –traducida– significaría algo así como “yo te he advertido”.
Así descargó su furia empleando sus rudimentarios insultos y amenazas apuntadas, esta vez, contra el intendente Eduardo Córdoba y el COE Andalgalá. Pero sabido es que cualquier ente o persona puede caer en la volteada, si circunstancialmente no cumple con sus demandas y caprichos.
Ya le había pasado, hace muy poco, al presidente de CAMYEN, Guillermo Haddad, cuando con sentido común puso freno a sus contaste exigencias y extorsiones, para llevar una gestión más eficiente y ordenada de la empresa estatal. Por supuesto que Haddad también fue blanco de conminación y amedrentramientos a través de las redes sociales, medio por el cual suele difundir mensajes de miedo y odio.
Se sabe que “Camerún” es un reconocido bravucón de pueblo, violento de género, misógino, homofóbico, extorsionador y automarginado, que llevó sus consumos problemáticos al extremo y lo pagó hasta con la cárcel.
Este personaje suele auto-definirse como peronista y pro-minero, y lo certifica subiendo fotos en las que se lo ve junto a importantes autoridades del Gobierno, desde el gobernador y el vicegobernador para abajo. Pero sobre todo, abundan las que posa junto al ministro Minería Rodolfo Micone y los funcionarios de esa cartera. Flaco favor hace Diamante a la construcción de una alternativa justicialista democrática, competitiva y respetuosa de la idiosincracia de su comunidad, tras 10 años de gobiernos radicales que serán 12, cuando cuando cumpla su mandato el actual intendente de JxC.
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